La clave entonces de este modelo consiste en entender los procesos
decisorios a través de las situaciones de decisión. Es decir son aquellos
momentos en que se espera de la organización un determinado comportamiento
llamado decisión, como si fuesen "cestos o botes de basura" en donde
los individuos y sus coaliciones mezclan los problemas y las soluciones; en
función de la cantidad de cestos que existan. Las mezclas de problemas que
contenga cada cesto serán atendidas en función del tiempo disponible por los
actores, los cuales tomarán un cesto o lo dejarán por otro.
Para el modelo del "cesto de basura" los participantes vienen y
van dentro de las distintas situaciones de decisión. Su actuación en los procesos
decisorios es incierto pues responde más bien a sus capacidades de negociación
y a la forma en que se interrelacionan con las distintas coaliciones dentro de
los juegos de poder. Los problemas pueden separarse de los que originalmente
los provocaron. Pueden adquirir su propia autonomía, desvanecerse o
transformarse en un problema de naturaleza muy distinta; incluso pueden existir
y prevalecer independientemente de que se hayan tomado algunas acciones para
"resolverlos".
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